El Mercedes 300 SL Gullwing de 60 años es uno de los coches más hermosos e innovadores jamás fabricados. Las puertas de ala de gaviota eran una característica práctica: representaban el marco tubular ligero del automóvil. Además, el automóvil estaba repleto de tecnología innovadora, como un motor inclinado de seis cilindros en línea, inyección de combustible, una carrocería liviana y esas gloriosas puertas.
Su tecnología nació de las carreras
Como ocurre con muchos inventos del automóvil , las características innovadoras del 300 SL nacieron de las carreras. Todo comenzó con la serie 300 SL de 1952 W 194, que obtuvo el primer y segundo lugar en las 24 Horas de Le Mans, primero, segundo y tercero en las 24 Horas de Nürburgring, y primero en la carrera Carrera Panamericana de 1.900 millas.
Dos factores hicieron que la SL tuviera tanto éxito. Para potencia, los alemanes tomaron el motor utilizado en los sedán y limusinas de la serie 300 y lo metieron debajo del largo capó del SL. Inclinaron el seis cilindros en línea de 3 litros 50 grados hacia la izquierda, lo que empujó el centro de gravedad del automóvil más cerca del suelo y mantuvo la línea baja y elegante del capó. El famoso 225 Slant Six de Chrysler, con una configuración similarmente inclinada, no debutó hasta 1960.
Para hacer cada bit de potencia más efectivo, el ingeniero de Mercedes, Rudolf Uhlenhaut, desarrolló una estructura de tubería delgada que pesaba solo 110 libras. Ese marco tubular es la razón detrás de la característica icónica del automóvil, sus puertas de ala de gaviota. Mercedes no podía cortar el marco para adaptarse a las puertas convencionales sin sacrificar la estabilidad, por lo que abrió las puertas para que se abran hacia arriba en lugar de hacia afuera.
No sólo para las carreras
Afortunadamente para las personas que eran conductores de coches de carreras, Mercedes decidió llevar al mercado una versión de producción del 300 SL Gullwing. Se atribuye a Max Hoffman, importador oficial de automóviles Mercedes-Benz para el mercado estadounidense. Sabía que el coche sería un éxito en Estados Unidos y insistió a los altos mandos hasta que cedieron. Y así nació el 300 SL Coupé, presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York en febrero de 1954, completo con el marco tubular y las puertas de ala de gaviota.
El coches de producción tenía algo que le faltaba a la versión de carreras de 1952: inyección de combustible. Mercedes usó el sistema, desarrollado por Bosch, en el prototipo de automóvil de carreras 1953 W194 / 11, y el cupé fue el primer automóvil de producción en presentarlo. El cambio de carburadores a inyección de combustible aumentó la eficiencia del combustible y la potencia. El motor generaba 215 caballos, lo suficientemente potente como para pasar de 0 a 100 km/h en ocho segundos. Con una velocidad máxima de 230 km/h, el 300 SL fue el automóvil de producción más rápido de la época.
Adorado por los famosos
Entre 1954 y 1957, Mercedes fabricó 1.400 cupés Gullwing. El fabricante de automóviles indicaba que el coupé de carreras de carretera se convirtió en el símbolo del éxito para los ricos y guapos de su época, un sueño hecho realidad para algunas otras personas y para muchos un sueño que al menos pudieron ver y oír, de vez en cuando.
Pablo Picasso, el Sha de Irán, Perón, Romy Schneider, el Baron von Thyssen, Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Zsa Zsa Gabor, o Clark Gable y Toni Curtis han sido algunos de sus enamorados propietarios de esta joya.
Recientemente, se ha subastado por 1.115.000 dólares el que tenía Adam Levine, vocalista del grupo Maroon 5, un ejemplar con solo 82,845 kilómetros.
Todavía anhelado
Seis décadas después de que el primero de esos autos saliera a la carretera, los que quedan se venden rutinariamente por cifras de seis dígitos. Durante las festividades de Pebble Beach de este año, Rick Cole Auctions vendió un 300 SL de 1956 por $ 1.6 millones, y RM Auctions envió un modelo de 1955 a un nuevo propietario por la friolera de $2.53 millones.
Los SL 300 originales eran difíciles de mantener y un poco difíciles de conducir, pero provocaron bastante la línea de descendencia. El último es el SLS AMG GT 2015, una bestia con alas de gaviota de 220.000 dólares con un V8 de 6.3 litros que dispara el auto de 0 a 60 mph en 3.6 segundos. Si tiene uno, agárrelo, podría cruzar el bloque de la subasta por mucho más dinero dentro de otros 60 años.
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