¿Existe la Crisis de los 50 en los hombres?

La mayoría de la gente, sufre alguna crisis a cuenta de la edad en algunos momentos de su vida. Es muy conocida la famosa crisis de los cuarenta; pero también a los cincuenta hay muchas personas que pasan por un momento malo.

Las crisis de la mediana edad

La llamada Crisis de los Cincuenta, puede pasarla cualquier persona pero, parece ser que es más frecuente en los hombres. Tanto como que ocho de cada diez hombres pasan por la crisis de la mediana edad.

Hay unos síntomas psicológicos asociados a esta crisis; como pueden ser principalmente los de depresión, alteraciones emocionales, irritabilidad más frecuente que de costumbre y una pérdida de la autoestima.

Conductas típicas de la mediana edad

Aparte de estos síntomas, existen algunas conductas típicas que suelen hacer los hombres a esta edad. Entre estas conductas estaría la de empezar a vestir de una manera mucho más juvenil, o la de apuntarse a un gimnasio y, muchos de ellos empiezan a tener relaciones fuera del matrimonio.

Estas conductas dejan ver claramente cuáles son las mayores preocupaciones en un hombre de cincuenta años. Por un lado el cambio que inevitablemente se va produciendo en su aspecto físico; y que tratan de evitar a toda costa. Y por el otro la pérdida de la masculinidad; o mejor dicho, la pérdida de lo que ellos consideran que es la masculinidad.

Pero… si cumplir años es algo normal, si es lo natural, si no es algo que nos ocurra dos o tres veces en la vida, sino que nos pasa a todos y desde siempre, ¿por qué cuando llegamos a algunas cifras en concreto podemos pasarlo tan mal? Pues, por lo mismo que lo pasamos mal en muchas otras ocasiones, por una serie de ideas, creencias e interpretaciones que tenemos y que son erróneas.

Estas ideas y creencias nos vienen dadas por multitud de mensajes que recibimos a lo largo de la vida. Mensajes que vienen a decirnos que, si no tenemos menos de cierta edad y ya no se nos considera jóvenes, ya no podemos ser felices.

Creencias y mensajes sociales

Si no tenemos mucho pelo y además tenemos arrugas, seremos unos desgraciados. Por el hecho de haber perdido la talla “perfecta” y no tener la habilidad para saltar un muro, igualmente seremos infelices. Si ya no nos pasamos la noche del sábado en una discoteca; entonces ya no tenemos manera alguna de divertirnos. De alguna manera estos son los mensajes que nos han llegado por diferentes vías; y que nosotros nos hemos creído a pies juntillas.

¿Estás a punto de cumplir los cincuenta y te agobias sólo de pensarlo? Piénsalo bien, ¿no crees que tengo razón y que se nos han vendido unas ideas que hemos terminado por comprar?

Por supuesto no vas a ser más infeliz con algo más de arrugas; ni tampoco con algo menos de pelo, o con algo más de peso. porque ahora, simplemente ha cambiado tu manera de ver las cosas. Ahora hay detalles que para ti tienen importancia y otros que no tanto. Ahora, tu escala de valores no es la misma que tenías con veinte años; con lo cual, lo que valoras ahora es muy diferente a lo de entonces.

De la misma forma que, ya no te diviertes con las mismas actividades, lo que antes te divertía, ahora ni se te ocurre hacerlo porque ya no lo ves como divertido. Ya no vas a discotecas pero estoy seguro de que ni siquiera te apetece ir. Es como si, cuando cumples los veinte años, echaras de menos correr con un triciclo pasillo allá, pasillo acá, en la casa de tu madre, a que no.

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La madurez, divino tesoro

No se debería echar de menos lo que va quedando atrás. Sólo que, tenemos ideas asociadas a que lo de etapas anteriores era lo mejor, y no tiene por qué ser así. Ahora tienes otra manera de divertirte; ahora disfrutas de otras actividades , ahora hay otras cosas que te gusta más hacer.

Lo que quiero decirte con todo esto es que, no te dejes llevar por esas ideas que nos han vendido como las buenas, eso de “juventud divino tesoro”. Porque, ¿qué más tesoro que las vivencias y experiencias que tienes, y que ya no te quita nadie? Pasamos por diferentes etapas, es lo normal, pero cada una tiene sus cosas buenas, igual que malas claro.

No se pierden cosas en las diferentes etapas, sólo cambian; y quizá el truco está en adaptarse lo mejor posible al cambio, viendo la parte buena que conlleva.

Recuerda que, los acontecimientos que nos ocurren en la vida son neutros. Las cosas que nos pasan no tienen emoción alguna, la emoción se la ponemos nosotros; y lo hacemos interpretando la situación de una manera u otra. Si interpretas cumplir los cincuenta como una tragedia, probablemente lo será y te agobiará.

Si tu interpretación es la de “entro en una nueva etapa y se abren nuevas y diferentes posibilidades”, con toda seguridad, el malestar del que te hablaba antes, ni siquiera hace su aparición.

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