La disminución de la estatura con la edad, un fenómeno comúnmente observado, no es exclusiva de los hombres y también afecta a las mujeres. Este fenómeno puede atribuirse a diversas razones médicas y biológicas.
Una de las principales causas es la compresión de los discos vertebrales. A medida que envejecemos, los discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre las vértebras, pueden deshidratarse y comprimirse, lo cual disminuye el espacio entre las vértebras y, por ende, reduce la altura total de la columna vertebral.
Otra razón es la osteoporosis, una condición que hace que los huesos se vuelvan más porosos y frágiles, facilitando las fracturas. En el contexto de la disminución de la estatura, la osteoporosis puede provocar fracturas por compresión en las vértebras, que se colapsan y reducen la altura.
Además, la pérdida de masa muscular, conocida como sarcopenia, es común con la edad y puede afectar la postura, haciendo que las personas mayores tiendan a encorvarse, lo cual también puede dar la impresión de una menor estatura.
Otras afecciones médicas, como la enfermedad degenerativa del disco y la estenosis espinal, también pueden contribuir a la pérdida de altura en la vejez, afectando la estructura y función de la columna vertebral.
Cabe mencionar que factores como la nutrición, el ejercicio, y los hábitos de vida saludables pueden jugar un papel crucial en la minimización de la pérdida de estatura relacionada con la edad. A través de una dieta correcta, rica en calcio y vitamina D, junto con ejercicios regulares, especialmente aquellos que fortalecen los músculos del core y mejoran la postura, las personas pueden apoyar la salud de su columna vertebral y, potencialmente, mitigar algunos de los cambios relacionados con la edad.